Salud Bucodental

Inflamación de las Encías y su Tratamiento

La inflamación de las encías (gingivitis) es un problema de salud bucal que afecta a una gran parte de la población, pero que a menudo progresa sin ser detectado. En medicina se conoce como “gingivitis” y se trata de una respuesta inflamatoria de las encías ante la acumulación de placa bacteriana. Con el tiempo, esta placa se endurece y se convierte en “sarro”. Este sarro irrita la línea de las encías y provoca síntomas como enrojecimiento, hinchazón, sangrado y sensibilidad.

Lamentablemente, muchas personas consideran estos síntomas como “sin importancia”; sin embargo, si no se trata a tiempo, la inflamación puede avanzar hasta el hueso que rodea la raíz del diente y provocar la pérdida dental.

La gingivitis no es solo un problema estético; si no se trata, puede afectar todo el ecosistema bucal e incluso tener repercusiones en otros sistemas del cuerpo, como el cardiovascular y el digestivo.

¿Qué es la inflamación de las encías?

La gingivitis es una infección bacteriana que causa la inflamación de los tejidos blandos que rodean los dientes. Generalmente, se origina por la irritación provocada por la acumulación de placa y sarro en las superficies dentales.

En la boca existen millones de bacterias de forma natural; sin embargo, cuando no se mantiene una higiene adecuada, estas bacterias se acumulan a lo largo de la línea gingival y comienzan a producir toxinas. Estas toxinas dañan los tejidos de las encías y el sistema inmunológico responde con una inflamación. Este proceso se manifiesta con encías hinchadas, sensibles y sangrantes.

Las encías sanas tienen un color rosado claro, son firmes y no sangran al cepillarse. Cuando aparece inflamación, el color se torna rojo, el tejido se hincha y el más mínimo contacto puede causar sangrado. En este punto, la unión entre el diente y la encía se debilita, lo que facilita la entrada de bacterias bajo la línea gingival. Si no se detiene a tiempo, la inflamación puede extenderse hasta el hueso que rodea la raíz del diente. Esta etapa avanzada se denomina “periodontitis” y es difícilmente reversible.

Por ello, la gingivitis es la primera etapa de la pérdida dental y su tratamiento temprano es fundamental para mantener una buena salud bucal.

Causas de la inflamación de las encías

La causa principal de la gingivitis es la acumulación de placa bacteriana, pero existen varios factores que pueden favorecer su desarrollo.

El principal es la higiene bucal deficiente. No cepillarse los dientes regularmente, no usar hilo dental o hacerlo de forma incorrecta permite que las bacterias se multipliquen en la línea de las encías. Estas bacterias se endurecen rápidamente, formando sarro que irrita y daña las encías.

Además, el consumo de tabaco reduce el flujo sanguíneo hacia las encías, dificultando la nutrición de los tejidos. En los fumadores, las enfermedades de las encías suelen avanzar de forma silenciosa, ya que la inflamación no siempre presenta enrojecimiento o sangrado evidente, lo que retrasa el diagnóstico.

Los cambios hormonales también pueden sensibilizar las encías. Durante el embarazo, es común la llamada “gingivitis del embarazo”. De igual manera, la adolescencia, el ciclo menstrual y la menopausia pueden aumentar la sensibilidad gingival debido a las variaciones hormonales.

Una dieta desequilibrada, especialmente con deficiencia de vitamina C, reduce la capacidad de regeneración de los tejidos gingivales. El estrés también contribuye, ya que debilita el sistema inmunológico y disminuye la defensa natural del organismo frente a las bacterias.

Finalmente, el bruxismo (rechinar de dientes), las obturaciones inadecuadas o las prótesis mal ajustadas ejercen presión constante sobre la línea de las encías, aumentando el riesgo de inflamación.

Por lo tanto, la gingivitis no tiene una sola causa; es una condición multifactorial relacionada con el estilo de vida, la genética y los hábitos de higiene.

Síntomas de la inflamación de las encías

La gingivitis suele progresar de forma silenciosa. Al principio no causa dolor, por lo que muchas personas no se dan cuenta. Sin embargo, existen señales de advertencia tempranas que no deben ignorarse.

El primer signo visible suele ser el sangrado al cepillarse o usar hilo dental. Las encías sanas no sangran, por lo tanto, cualquier sangrado es señal de inflamación. Además, las encías se tornan hinchadas, rojas y sensibles al tacto. También puede aparecer un mal sabor o mal aliento (halitosis) persistente.

En algunos casos, los pacientes notan una sensación de presión o molestia al cepillarse. Esto se debe a la acumulación de bacterias bajo la encía. En fases avanzadas, las encías se separan del diente, formando “bolsas” donde se acumulan restos de comida y bacterias. Con el tiempo, esto causa recesión gingival, exponiendo las raíces dentales, lo cual genera sensibilidad y afecta la estética.

Si no se trata, la inflamación puede provocar pérdida ósea y movilidad dental. Por eso, detectarla y tratarla a tiempo es esencial para evitar la pérdida de dientes.

Tratamiento de la inflamación de las encías

El tratamiento depende del grado y la extensión de la enfermedad. El objetivo es eliminar la causa de la inflamación, restaurar la salud de las encías y prevenir su reaparición.

El primer paso es una limpieza profesional (detartraje). Con instrumentos ultrasónicos, se eliminan la placa y el sarro acumulados en los dientes. Esto reduce la irritación de las encías y en pocos días mejora el color y disminuye el sangrado.

En casos más avanzados se realiza un alisado radicular (curetaje) bajo anestesia local, donde se eliminan los tejidos inflamados bajo la encía. Así, la encía vuelve a adherirse al diente y las bolsas se cierran.

Cuando ya hay pérdida ósea, puede ser necesario un tratamiento quirúrgico (cirugía de colgajo) para limpiar las áreas más profundas e incluso regenerar el hueso con injertos.

Para controlar la infección, se utilizan antibacterianos y enjuagues bucales. Los productos con clorhexidina son eficaces, pero deben usarse bajo supervisión odontológica, ya que un uso prolongado puede manchar los dientes.

Después del tratamiento, la fase de mantenimiento es fundamental. El paciente debe aprender la técnica de cepillado adecuada, usar hilo dental diariamente y realizar limpiezas profesionales cada seis meses. De lo contrario, la gingivitis puede reaparecer.

Consejos para mantener la salud de las encías en casa

La salud gingival no depende solo del tratamiento clínico, sino también de los hábitos de higiene diarios.

La regla principal es cepillarse los dientes al menos dos veces al día con la técnica correcta. Los movimientos circulares suaves sobre la línea de las encías estimulan la circulación y previenen la acumulación de placa.

El uso de hilo dental o cepillos interdentales es esencial para eliminar las bacterias entre los dientes. Los enjuagues bucales ayudan a mantener el equilibrio bacteriano, pero no sustituyen el cepillado.

Una dieta rica en vitamina C (naranja, kiwi, fresa) favorece la regeneración del tejido gingival. Además, evitar el tabaco mejora la circulación y acelera la recuperación.

No olvides que las revisiones odontológicas regulares son clave. Dos limpiezas profesionales al año pueden prevenir la reaparición de la gingivitis y mantener una buena salud bucal.

¿Qué pasa si no se trata la inflamación de las encías?

Si no se trata, la gingivitis puede evolucionar a periodontitis, afectando no solo a las encías sino también al hueso que sostiene los dientes.

Con la pérdida ósea, los dientes se aflojan y eventualmente pueden caerse o requerir extracción. Además, la infección crónica puede liberar bacterias al torrente sanguíneo, aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes e incluso parto prematuro.

En resumen, la gingivitis no tratada pone en riesgo no solo los dientes, sino también la salud general. Una simple limpieza profesional a tiempo puede romper este ciclo.

Ante cualquier signo de sangrado, mal aliento o hinchazón, acude al dentista sin demora.

Preguntas frecuentes

¿La inflamación de las encías desaparece por sí sola?

No. La inflamación no desaparece hasta que se eliminen la placa y el sarro. Los enjuagues caseros solo brindan alivio temporal.

¿La gingivitis causa dolor?

Generalmente no causa dolor, por eso pasa desapercibida. En etapas avanzadas puede provocar sensibilidad o sensación de presión.

¿Se puede tener gingivitis durante el embarazo?

Sí. Los cambios hormonales hacen que las encías sean más sensibles, lo que se conoce como “gingivitis del embarazo”.

¿La recesión gingival se puede revertir?

Si se controla la inflamación a tiempo, puede mejorar. Sin embargo, en casos severos puede requerirse un injerto de encía.

¿Qué enjuague bucal se recomienda para la gingivitis?

Los enjuagues antibacterianos con clorhexidina son eficaces, pero deben usarse bajo indicación del odontólogo, ya que su uso prolongado puede manchar los dientes.

Encías sanas, base de una sonrisa saludable

La gingivitis es una enfermedad completamente tratable si se diagnostica a tiempo. Sin embargo, si se descuida, puede causar pérdida dental y problemas de salud general.

Con un cuidado adecuado, una buena alimentación y revisiones periódicas, puedes mantener tus encías sanas y disfrutar de una sonrisa saludable.

En Ömer Istanbul Dental Center ofrecemos diagnóstico y tratamiento temprano de las enfermedades de las encías con tecnología moderna y profesionales experimentados.

Si notas sangrado, hinchazón o sensibilidad en las encías, no esperes más y contáctanos.

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