Las bacterias y los virus que ingresan al cuerpo se encuentran con la defensa de los elementos del sistema inmunológico. Los glóbulos blancos y otras células defensivas muestran una gran resistencia para expulsar los organismos dañinos del cuerpo y prevenir enfermedades. De este modo, superamos muchos agentes microbianos que podrían causar molestias sin enfermarnos. Lo que se llama absceso es la acumulación de pus que se forma en el cuerpo como resultado de esta defensa y ataque. El pus es un líquido amarillento que contiene restos muertos y glóbulos blancos deteriorados del área de batalla, junto con acumulaciones con o sin microbios; la bolsa llena de este líquido se llama absceso.
El enemigo invisible de tu sonrisa: ¿Qué es un absceso dental?
Nuestros dientes no solo ofrecen una apariencia estética; también son fundamentales para un sistema digestivo saludable y un sistema inmunológico fuerte.
Sin embargo, a veces comienza una guerra invisible en el interior de los dientes. Al final de esta batalla, se forman pequeños bolsillos llenos de inflamación, es decir, abscesos dentales, que en realidad representan la lucha del cuerpo contra la infección.
Un absceso dental ocurre cuando las bacterias se establecen en el diente o los tejidos circundantes, causando infección. El cuerpo intenta eliminar estas bacterias mediante los glóbulos blancos. Sin embargo, al final de la batalla, las células muertas, las bacterias y los tejidos se combinan para formar pus. Si el pus no puede salir, el cuerpo lo encapsula; esta cápsula se llama absceso.
En resumen, el absceso es una especie de «fortaleza defensiva», pero si no se controla, puede convertirse en una amenaza interna para el cuerpo.
¿Cómo se forma un absceso dental?
Un absceso dental generalmente se desarrolla cuando se infecta la capa interna del diente (pulpa). La pulpa es el corazón del diente, compuesta por nervios, vasos sanguíneos y tejido conectivo. Las bacterias pueden llegar aquí debido a caries profundas, fracturas, retracción de encías o filtración de empastes antiguos. El sistema inmunológico ataca la infección, pero a veces el pus se acumula en la zona de la batalla y si no puede salir, se forma un absceso.
Las causas más comunes de un absceso son:
- Caries profundas no tratadas
- Enfermedades de las encías (gingivitis y periodontitis)
- Dientes fracturados o rotos (especialmente tras un trauma)
- Tratamientos de conducto fallidos o empastes filtrantes
- Muela del juicio impactada alrededor de la cual se acumulan bacterias
- Debilidad del sistema inmunológico, estrés o diabetes
Si esta infección no se trata a tiempo, las bacterias pueden llegar hasta el hueso e incluso al fluido sanguíneo.
Tipos de abscesos dentales
1. Absceso periapical (Absceso en la raíz del diente)
Este absceso se forma en la punta de la raíz del diente. Las bacterias avanzan hacia el tejido nervioso dentro del diente y causan infección en el hueso de la raíz.
Síntomas:
- Dolor pulsante en el diente
- Sensibilidad al calor y al frío
- Presión al masticar
- En casos avanzados, hinchazón facial
Tratamiento: Generalmente se realiza tratamiento de conducto (endodoncia). En casos graves, se drena el absceso y se limpia el tejido infectado.
2. Absceso periodontal (Absceso de encía)
Se forma por la acumulación de inflamación en los espacios entre la encía y la raíz del diente. A medida que las enfermedades de las encías progresan, se crean bolsas alrededor del diente, proporcionando un ambiente perfecto para las bacterias.
Síntomas:
- Encías hinchadas, rojas y dolorosas al tacto
- Movimiento o aflojamiento del diente
- Mal aliento
- Supuración de pus desde la encía
Tratamiento: Limpieza profunda de las bolsas periodontales, drenaje del absceso y, si es necesario, administración de antibióticos. El cuidado regular tras el tratamiento periodontal es fundamental.
3. Absceso pericoronario (Absceso de muela del juicio)
Se observa especialmente alrededor de las muelas del juicio. Si la encía está parcialmente abierta, restos de comida y bacterias pueden infiltrarse, provocando infección.
Síntomas:
- Dolor en la mandíbula y dificultad para abrir la boca
- Dolor que se extiende a la garganta
- Hinchazón y dificultad para tragar
- Fiebre y malestar general
Tratamiento: Se drena la inflamación debajo de la encía y se esteriliza la zona. Si la muela del juicio causa problemas, se planifica su extracción.
Síntomas del absceso dental: interpretar las señales del cuerpo
Un absceso dental suele comenzar con un «pequeño dolor», pero puede intensificarse rápidamente. El cuerpo muestra esta situación de diferentes maneras:
- Dolor dental constante y pulsante
- Hinchazón en la cara, mandíbula o cuello
- Fiebre, escalofríos, debilidad
- Mal aliento o sabor desagradable
- Dificultad para abrir la boca
- Molestia al tragar
- Supuración de pus desde la encía
- Asimetría facial (debido a la hinchazón)
Estos síntomas muestran que tu sistema inmunológico está luchando contra la infección. Sin embargo, si la batalla se prolonga, las bacterias pueden propagarse a otras áreas del cuerpo, requiriendo intervención dental urgente.
¿Cómo se diagnostica un absceso dental?
En clínicas equipadas digitalmente, como Ömer Istanbul Dental Center, el diagnóstico de un absceso dental se realiza en varias etapas:
- Examen clínico: El dentista observa la zona infectada y evalúa la sensibilidad al tacto.
- Radiografía panorámica: Permite ver claramente la profundidad de la infección y lesiones en la punta de la raíz.
- Tomografía 3D (CBCT – Papaya 3D): Mide con precisión la propagación de la infección al hueso y su relación con los nervios.
- Prueba de vitalidad: Se verifica si el nervio del diente está vivo.
Así se determina con precisión la causa del absceso y se evita extracciones innecesarias.
Tratamiento del absceso dental
1. Tratamiento de conducto (endodoncia)
Si el absceso proviene de la raíz del diente, la endodoncia es la solución más efectiva. Se elimina el tejido nervioso infectado, los conductos radiculares se esterilizan y se sellan con material especial. Con equipos modernos (por ejemplo, VDW Reciproc, Apex Locator), el procedimiento puede realizarse sin dolor y en una sola sesión.
2. Tratamiento con antibióticos
Si el absceso se ha propagado a los tejidos, se requiere antibiótico. Sin embargo, los antibióticos solo ralentizan la propagación de la infección; para eliminar completamente el absceso se necesita intervención mecánica (drenaje o endodoncia).
3. Drenaje (vaciamiento del absceso)
En abscesos grandes o profundos, el dentista realiza un pequeño corte bajo anestesia local para drenar la inflamación. Esto proporciona alivio inmediato; después, se limpia completamente la infección con tratamiento antibiótico y antiséptico.
4. Extracción dental (último recurso)
Si la raíz está gravemente dañada o no responde al tratamiento, puede recomendarse la extracción. Después de limpiar la infección, se planifican implantes o puentes dentales.
Cuidados posteriores y proceso de recuperación
- No consumir alimentos o bebidas calientes durante 24 horas.
- Tomar antibióticos y analgésicos según las indicaciones del dentista.
- Si hay hinchazón, aplicar compresas frías en las primeras 12 horas, luego enjuagues con agua salada tibia.
- Evitar cepillar la zona infectada, pero mantener limpios los demás dientes.
- No omitir las citas de control; la curación de la raíz se supervisa radiográficamente.
Preguntas frecuentes
¿El absceso dental desaparece por sí solo?
No, un absceso dental no desaparece por sí solo, solo puede temporalmente disminuir. Esto se debe a que el absceso es una cápsula de pus y bacterias. A veces la presión disminuye y el dolor se alivia unos días, pero esto significa que la infección se ha propagado a tejidos profundos o al hueso. El cuerpo no puede eliminar completamente las bacterias dentro del absceso, ya que las células inmunitarias y los antibióticos no penetran adecuadamente. Como resultado, la infección se vuelve crónica, el hueso alrededor de la raíz comienza a deteriorarse y el diente se afloja.
¿Por qué es peligroso apretar o reventar un absceso en casa?
Hacerlo en casa puede propagar la infección dentro del cuerpo. El absceso contiene millones de bacterias. Aunque parezca que se libera pus, la mayoría se mezcla con los tejidos circundantes e incluso con la circulación sanguínea.
Complicaciones graves posibles:
- Celulitis: La infección se propaga bajo la piel, la cara o el cuello se hinchan rápidamente.
- Osteomielitis: Las bacterias alcanzan el hueso de la mandíbula, causando inflamación.
- Sepsis: La infección llega al torrente sanguíneo; puede causar fiebre, presión baja y fallo de órganos.
- Endocarditis: Riesgo especialmente para personas con problemas cardíacos.
Además, que el absceso se vacíe por sí solo solo elimina la parte superficial; el foco principal continúa creciendo.
¿Qué pasa si no se trata un absceso dental?
Un absceso no tratado afecta no solo al diente, sino también al hueso y tejidos blandos circundantes. Posibles complicaciones:
Desgaste del hueso alrededor de la raíz: La infección se filtra al hueso desde la punta de la raíz; el diente pierde soporte.
Infección de senos nasales: Los abscesos en la mandíbula superior pueden extenderse a los senos nasales, causando congestión crónica y dolor de cabeza similar a sinusitis.
Inflamación de ganglios linfáticos: Los ganglios del cuello se agrandan y se vuelven dolorosos al tacto.
Asimetría facial e hinchazón: La cara puede hincharse de un lado, afectando la estética y limitando el movimiento mandibular.
Sepsis: Si las bacterias entran en el torrente sanguíneo, pueden aparecer fiebre, debilidad, taquicardia y presión baja, lo cual representa peligro vital.
Complicaciones cardíacas o renales: Las infecciones bucales pueden afectar válvulas cardíacas y tejidos renales si se propagan al sistema circulatorio.
¿El absceso dental puede reaparecer?
Sí, puede reaparecer. Las causas principales son:
- Tratamiento de conducto incompleto: Bacterias que no se eliminaron pueden reactivarse.
- Enfermedades de encías: Las bolsas periodontales permiten la acumulación de bacterias nuevamente.
- Fisuras en la raíz: Bacterias pueden infiltrarse a través de grietas microscópicas.
- Debilidad inmunológica: Estrés, fatiga, enfermedades crónicas (por ejemplo, diabetes) aumentan el riesgo.
- Sinusitis crónica: Si los abscesos en dientes superiores se conectan con los senos, se crea un ciclo continuo de infección.
Los abscesos recurrentes suelen indicar un foco de infección profundo. En algunos casos, canales radiculares microscópicos no visibles en radiografías o la infección de un diente adyacente pueden reiniciar el absceso.
¿Cómo aliviar temporalmente el dolor del absceso dental?
Hay algunas medidas de alivio temporal en casa, pero no sustituyen el tratamiento:
Compresas frías: Aplicar bolsas de hielo en intervalos de 15 minutos para reducir la hinchazón.
Enjuagues con agua salada tibia: Reducen la carga bacteriana. Se puede hacer 2-3 veces al día.
Dormir con la cabeza elevada: Disminuye la presión en el absceso y alivia el dolor.
Uso de analgésicos: Ibuprofeno o paracetamol, siguiendo la recomendación del dentista. No se recomienda aspirina por su efecto anticoagulante.
Estas medidas solo proporcionan alivio temporal. El dolor puede disminuir, pero la infección no desaparece. Sin endodoncia o drenaje, el absceso no se cura completamente.



